Como crear constancia y compromiso en la ilustración.

La ansiedad y el deseo de un resultado instantáneo es algo que genera la deserción de muchísimos artistas emergentes, el internet y la cultura de lo inmediato son un problema que afecta nuestra capacidad de ser pacientes y dedicación.

ILUSTRACION

Matias Lezcano

1/30/20252 min leer

El dibujo, como cualquier habilidad artística, requiere constancia y compromiso. Sin embargo, vivimos en una época en la que la práctica constante se ve amenazada por los múltiples distractores que nos rodean, como el celular, los videojuegos o las redes sociales. Estas plataformas nos ofrecen una cantidad infinita de contenido que rápidamente consume nuestra atención y nos aleja de lo que realmente deseamos lograr. Lo que solía ser una pasión por la creatividad se ve desplazado por la tentación de la inmediatez y la gratificación instantánea. Este cambio de prioridades ha llegado al punto en que, en muchos casos, quien dedica su tiempo al arte es visto casi como una excepción, alguien “raro” en una sociedad cada vez más acostumbrada a lo superficial y lo rápido.

La normalización de este comportamiento y la constante exposición a distractores afectan nuestra capacidad de mantener el enfoque en nuestras metas. Muchas veces, al abandonarnos por completo a estos medios, perdemos de vista nuestros proyectos personales, que requieren dedicación diaria, paciencia y esfuerzo. Es fácil caer en la trampa de la procrastinación, donde lo urgente se lleva nuestra atención, pero lo importante se postpone.

Para contrarrestar esta situación y generar constancia en la práctica del dibujo, es necesario establecer hábitos que nos ayuden a mantenernos enfocados y comprometidos. Un buen consejo es practicar diariamente, aunque sea por 30 minutos, centrándose en partes específicas del cuerpo o en detalles que desafíen nuestras habilidades. Al dividir nuestra práctica en segmentos pequeños y alcanzables, evitamos el desgaste y la frustración. Llevar con nosotros un pequeño anotador de ideas también es fundamental: a veces, una idea inspiradora puede surgir en cualquier momento, y tener un cuaderno donde anotarlas nos da una fuente constante de trabajo cuando decidimos sentarnos a dibujar.

Además, no debemos olvidar el cuidado de nuestro cuerpo. La actividad física es vital para combatir la ansiedad que muchas veces nos desmotiva. Estar en movimiento también favorece una mejor postura al dibujar, lo cual se traduce en un trabajo más cómodo y eficiente. Mantener nuestra mente y cuerpo en equilibrio es clave para mantener la disciplina.

Al final, la práctica constante en el dibujo no solo es una cuestión de talento, sino de hábitos. Si logramos priorizar el tiempo para el arte, aunque sea en pequeñas dosis, podemos superar la tentación de los distractores y avanzar en nuestros proyectos. La clave está en ser pacientes con nosotros mismos y mantener un compromiso real con lo que queremos lograr.


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